La mala educación,
la ignorancia,
el individualismo latente,
la codicia,
el egoísmo creciente,
generan tal pobreza de espíritu
en muchos,
que algunos pesos en el bolsillo,
ciertos cargos con poder
o ser reconocidos socialmente,
hace que aparezcan debilidades
como el olvido,
la discriminación
o el menosprecio hacia otros.
21 de noviembre 2007
Fredy Wilson Acosta Techera