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Fredy Acosta Techera (acosta.fredy@gmail.com)[1]
Plantearnos objetivos en el desarrollo del fútbol infantil, determina tener una mirada crítica del hacer de hoy, de los caminos que ha recorrido dentro de nuestra cultura y en diferentes contextos.
Algunas apreciaciones las hicimos en el capítulo anterior. Vimos las derivaciones que ha tenido aquel libre y espontáneo jugar, con el simple cometido de medirnos, experimentar, crecer y desarrollarnos.
El fútbol en la infancia se ha mimetizado con el fútbol adulto. Competir hoy con la única premisa de ganar, seleccionar y especializar precozmente, mercantilizar la actividad de los niños, sometiéndolos a una presión inadecuada en estas edades, es la realidad en nuestros días.
Se quiere que los niños sean triunfadores rápidamente y quemen etapas aún, sin estar preparados para ello, en sus niveles psicológicos y motrices.
Un comentario de Zig Ziglar, (en Wein, 1995, 23), es por demás gráfico: “Nos hemos acostumbrado a lo instantáneo. Tenemos comida instantánea, fotos instantáneas y café instantáneo y ahora empezamos a esperar también el éxito instantáneo”[2]
Iniciación deportiva – Especialización Precoz – Actividad Multilateral
Competencia Emulación
Se pueden enumerar (en nuestro país) un sin fin de situaciones, sin dejar de saber que son discutibles y pueden generar diversas opiniones. Con algunas no estamos de acuerdo:
- el estrés a que son sometidos desde tempranas edades (4 y 5 años),
- jugando torneos por los puntos,
- seleccionando a los supuestos mejores para formar parte de un equipo y relegando a otros sin opción de participar con sus amigos,
- jugando en canchas demasiado grandes, donde el objetivo principal del juego
(arco rival y gol) queda demasiado lejos para algunos y se torna inalcanzable,
- donde el número de niños elevado hace que el balón pase menos por los pies de cada uno y la posibilidad de volver a repetir sea frustrante (sobre todo en las primeras edades),
- donde niños o categorías de ellos, estén sujetos a determinar un ascenso o descenso de divisional (estresante ya, en la competencia de adultos),
- algunos jugando en canchas de divisiones mayores, con goleritos intentando defender un arco con las dimensiones profesionales (7,32 por 2,44 metros),
- gran mayoría teniendo al fútbol infantil como único lugar posible para realizar actividad física medianamente organizada, sin tener al frente el personal idóneo que pueda brindarles una amplia y variada experiencia motriz. Sí, con una gran voluntad y en forma honoraria.
- otros cargan la bandera de propaganda o marketing (sin saberlo), de la institución a la que pertenecen,
- otros concurren sin problema a la práctica de su equipo, pero no concurren a la escuela primaria,
- otros pertenecen ya a empresarios o a equipos profesionales, que les marcan su accionar y les prometen un futuro espectacular, al niño y su familia.
Podríamos mencionar muchos otros aspectos para poner a consideración y para ser evaluados en cuanto a saber como impactan en el crecimiento, desarrollo, salud general del niño. Pero no es el cometido principal de este artículo, solo hacer una pincelada de la problemática, ayudará a plantear el verdadero fin del mismo.
Vemos que hay diferentes tipos de organizaciones que nuclean el fútbol de niños y que los tipos de torneos y reglamentaciones particulares, son realmente diversos y hasta contrapuestos en cuanto a objetivos generales y específicos, si es que hay en algunos casos.
Podríamos decir que con esta diversidad, tenemos una “organización desorganizada de organizaciones”, en cuanto a cómo llevar el fútbol infantil adelante.
Hay fútbol donde juegan solo los mejores, donde juegan todos los que vayan, donde juegan 5 contra 5, 7 contra 7, 9 contra 9, 11 contra 11, sin importar edades o nivel, donde se llevan los puntos, goleadores, arcos menos vencidos, donde no se llevan los puntos, donde se hacen encuentros esporádicos, donde se sabe y donde no se sabe si existen objetivos que guíen las actividades de los niños, etcétera.
Los criterios que deban regir la iniciación deportiva de los niños y en este caso en el fútbol, deben partir de una organización estatal, con una idea clara de qué tipo de ser humano queremos ayudar a formar, por qué y para qué.
Pensando en estas particulares características del fútbol infantil en nuestro país, es que creemos conveniente hacernos eco aquí, de algunos pasajes de la memoria del taller Deporte e Infancia, en el marco del Primer Foro Internacional del Deporte, Educación y Sociedad, realizado en Montevideo, Uruguay en octubre de 2005 y organizado por la Liga Universitaria de Deportes y al cual fuimos invitados a participar junto a otros actores de la enseñanza pública, privada, comunitaria, municipal y profesionales de alguna manera vinculados a la Educación Física, Deporte y Recreación.
Memoria que sirvió de base, junto a otros debates, para formar un documento y ser entregado a las autoridades competentes del gobierno nacional.
Algunas de las palabras surgidas en dichas ponencias y debates:
- “el deporte en manos de políticos, los cuales muchas veces desconocen las estructuras del deporte existentes en el país”
- “no existe trabajo coordinado de lo deportivo, entre ministerio, primaria, secundaria y otras organizaciones educativas”
- “el deporte debería estar en el Ministerio de Educación y Cultura y no en el Ministerio de Turismo”
- “¿cómo es posible que la Educación Física no cubra todas las escuelas y todos los grados?”
- “se debe ir trabajando con metas y a partir de allí proyectar a más, una meta posible es que todas las escuelas tengan un profesor de Educación Física”
- “algunas veces el trabajo del profesor de Educación Física se encuentra limitado en las escuelas y en los liceos debido a la falta de apoyo de las direcciones”
- “la comunidad deportiva en Uruguay es débil. Por ello necesita del Estado como figura fuerte que organice la actividad y la desarrolle”
- “el Deporte es estratégico para el desarrollo de la sociedad, por ello la necesidad de que se impulse y se coordine”
- “el estado debe garantizar el acceso de todos al deporte, a la actividad física, es un derecho de cada persona. Para esto se necesita un plan que organice y planifique el acceso en todo el país. Se deberían organizar centros regionales y locales de actividad física”
- “las federaciones son independientes del Estado, pero recurren al mismo cuando tienen que organizar algún evento grande o participar de alguno fuera del país. Se plantea que las federaciones no devuelven en nada a la sociedad los apoyos que el Estado les provee”
- “se debe tener una política de estado en materia deportiva con una visión ideológica clara de adónde se quiere ir. Se debe tener un plan rector, una guía macro”
- “centros de formación docente formadores de recursos humanos que promuevan investigación sobre el fenómeno deportivo”
- “se ve necesaria la formación de idóneos en actividades deportivas que trabajen en la iniciación deportiva con conocimientos mínimos, para actuar como multiplicadores del Deporte y la actividad física”
- “en baby fútbol se centraliza el problema en la dirigencia, es el presidente del club quien hace y deshace”
- se propone que, “se debería crear un consejo honorario para el desarrollo del deporte infantil”
Como dijimos, estas son algunas de las expresiones y planteos que surgieron en dichos debates y que dieron lugar a estos titulares como para formular un documento con propuestas:
- “Políticas de Estado del Deporte, que favorezcan la actividad formal (primaria, secundaria pública y privada) e informal (utilizando el mismo como herramienta de inclusión social de niños y adolescentes).”
- “Reconocer al niño como sujeto de derecho de Deportes.”
- “La Política de Estado debe promover un programa de iniciación deportiva, con amplias y diferentes propuestas, se debe trabajar en otras actividades más allá del fútbol (este Deporte mueve a uno de cada cuatro niños en el país), la actividad inicial debe ser multifacética y polivalente.”
- “Igualdad de oportunidades de niños y adolescentes, sin distinción de género, en las prácticas deportivas de todo el país”.
- “Democratizar la práctica del Deporte”, esto quiere decir que todos deben poder conocer el máximo de deportes posible. Hoy en día existen sectores de la población a los cuales no les está llegando.
- “Estado promotor del Deporte”, esto traerá ahorros en materia de salud, educación y seguridad.
- Se resalta, “Falta de jóvenes en los ámbitos de reflexión y liderazgo de lo deportivo”
- “Promover la formación permanente a todo nivel”.
Vemos entonces la preocupación existente, en cuanto a un cambio necesario en lo pertinente al desarrollo del Deporte en nuestro país.
Los criterios de unificación de objetivos y programas de base y contenidos, en las edades tempranas o etapas de iniciación, deben tener un órgano rector al nivel nacional, que los plantee y los fiscalice y no queden en un mero propagandismo político.
La idea de tener claro una postura filosófica, respecto al encare que se de al Deporte, es clave para la formulación de objetivos y planes o programas.
En las palabras del Licenciado Jorge Gómez (argentino, 1998, 1), encontramos una idea de estas posturas: “Practicar un deporte no debe significar sólo un duro entrenamiento para poder superar a otro ser humano; debe ser una posibilidad de desarrollo personal y social en el juego placentero con el otro; lo cual conlleva el rescate del ludismo primitivo con formas modernas” y agrega, “...conservar la salud no debe significar la práctica preestablecida, exigente y alejada del principio de placer, de determinados ejercicios, sino darse un espacio y un tiempo para estar consigo mismo y con los demás a través de actividades físicas auto elegidas por el valor que cada uno les asigna en el mantenimiento del equilibrio personal”.[3]
Esto en una visión general de la actividad física y en cuanto a lo específico, dando un ejemplo de cómo organizar escuelas deportivas (el ejemplo que brinda es del deporte Fútbol), Jorge Gómez (1998, 9), manifiesta: “En principio, se plantean dos problemas básicos: el deporte se enseña para que las personas incorporen su conocimiento y práctica como bien cultural, de salud y recreación o se enseña para disponer de jugadores que jueguen bien el deporte, conformen equipos triunfadores en cualquier edad y nutran los futuros planteles profesionales?
La discusión sobre estos temas puede ser eterna, según el posicionamiento de los interlocutores y sus intereses, pero la realidad indica que es posible – con un trabajo científica y pedagógicamente bien realizado-, cumplir con ambas alternativas, ya que en última instancia es el chico o adolescente quien decidirá si jugará al fútbol por recreación o para ganarse la vida, en caso de tener condiciones para llegar a ser un jugador de excelencia”.[4]
¿Para qué enseñar fútbol desde la edad escolar?, ¿con qué fin?, ¿qué tipo de ser humano queremos ayudar a formar?, ¿quién llevará a cabo esta tarea?, ¿cómo la llevará a cabo? Sin duda son preguntas que surgen y merecen una respuesta.
El fútbol debe ser un agente educativo, formativo, recreativo, ya que es innegable las posibilidades que brinda este juego deporte en la formación general del niño o niña, en su desarrollo psicomotriz y en aspectos socio culturales.
Es decir que trabajar en este juego deporte, es compartir en lo formativo para que el niño o niña sea mejor y no con la intención de que sea el mejor.
Desde una visión humanista del deporte en los primeros años de desarrollo, pensamos que esas pequeñas comunidades que son los equipos de fútbol infantil, sirven para dar seguridad a los pequeños, un ambiente tranquilo y de disfrute, donde comiencen a socializar y a encontrarse a sí mismo.
Pensamos que el docente de Educación Física es el agente indicado y especializado para llevar adelante esta tarea. De alguna manera deberá estar allí donde se desarrolle la actividad y debe saber generar modelos según el contexto en que se encuentre, además de lograr integrar el capaz, el coordinado, el hábil naturalmente y el que aparenta ser torpe, el de maduración tardía, sin distinción de género (pensamos que varones y niñas pueden compartir la actividad juntos hasta los 10 u 11 años), todos con la misma posibilidad inicial: la de aprender, conforme a sus derechos.
El movimiento social y cultural del fútbol infantil, es muy importante en nuestro país, son miles los que juegan y son miles los que son relegados, porque en esa temprana edad todavía no han dado muestras si tienen potencial para este deporte.
Muchos niños sólo juegan al fútbol, su desarrollo coordinativo será pobre, aunque sean habilidosos para ese deporte, se estarán privando de una riqueza motriz superior, mejor dominio de su propio cuerpo, lateralidad y perfiles más definidos, mejor percepción témporo espacial, acrecentamiento adecuado de sus capacidades condicionales, es decir, se estarán privando de un trabajo multilateral y polivalente (“muchas cosas, muchas veces, mucho tiempo”) que les genere una rica historia motriz.
El fútbol debe acompañar a las demás actividades de la Educación Física, Deportes y la Recreación, así como a la formación escolar de la primaria y el apoyo real a la familia del niño.
Si el niño es apto para jugar al fútbol, es posible que a los seis años, este incursionando ya en este deporte, y a veces en edad anterior y aunque no se sepa si al niño le gustará o no este deporte, los padres lo arriman a él.
Es interesante que no se pierda de vista en dicha especialización, la multilateralidad de la actividad allí donde vaya el niño y esto hay que hacerlo entender a los padres.
Atender a los períodos sensibles existentes en las diferentes etapas de desarrollo es esencial y pone a quienes trabajan con niños en la obligación de saber de su existencia.
Wein, (1995, 42) comenta: “Los entrenamientos y las competiciones de los niños y de los adultos deberían ser dos mundos diametralmente opuestos”, y en otro pasaje (1995, 37) que, “el monitor – educador debe asumir responsabilidades deportivas, sociales y pedagógicas, su papel en lo deportivo es muy importante, sabiendo que los errores que comete con sus discípulos durante los años de iniciación en el fútbol influyen negativamente en los sucesivos niveles de formación”.[5]
El cómo se lleva a cabo, entonces, es de suma importancia, necesita de objetivos claros, contenidos y metodologías razonables según nivel o características del grupo con el que se vaya a trabajar y de una evaluación permanente de la actividad.
Uno de los temas fundamentales en el deporte, es la competición. La trascendencia que se le dé no debe ir más allá de la propia que le dan los niños y tener siempre claro que en contraposición a la competencia (ganarle al otro), la emulación es la superación de uno mismo, es saber que más allá del resultado momentáneo, yo hice lo mejor que pude. Esto es lo que tenemos que aprender nosotros los adultos, a transmitir a los niños.
Acerca de la competencia en niños, Wein (1995, 41) señala, “Cuando un niño domina ciertas habilidades y capacidades básicas del fútbol, quiere compararse con otros de su edad buscando competir. Si un niño se encuentra en esta situación pero en desventaja frente al resto; ellos mismos suelen redefinir el reglamento del juego para mantener el juego vivo e interesante. De esta forma, tanto el considerado fuerte como el débil juegan, disfrutan y luchan intentando cada uno dar lo mejor de sí mismo sin tomar la competición demasiado “en serio”.[6]
Competir bajo la premisa de jugar con otros y no contra otros, es la base en las etapas iniciales.
[1] Jugador Integrante Selección Juvenil Nacional de Fútbol (1979, Campeona en Cannes)
Jugador Profesional del Club Nacional de Fútbol de Montevideo (1980 a 1984)
Titular Cátedra de Fútbol, Universidad de la República, ISEF, Montevideo (1998 a 2007)
Titular Cátedra de Fútbol, Instituto Universitario, ACJ, Montevideo (2003)
[2] Wein, Horst (1995) “Fútbol a la Medida del Niño”, Madrid, Real Federación Española de Fútbol (CEDIF)
[3] Gómez,Jorge (1998) “Educación Física Infantil e Iniciación Deportiva”, material de curso, Montevideo, dictado en Club AEBU.
[4] Gómez Jorge (1998) “Educación Física Infantil e Iniciación Deportiva”, material de curso, Montevideo, dictado en Club AEBU.
[5] Wein, Horst (1995) “Fútbol a la medida del niño”, Madrid, Real Federación Española de Fútbol (CEDIF)
[6] Wein, Horst (1995) “Fútbol a la medida del niño”, Madrid, Real Federación Española de Fútbol (CEDIF)
Artículo publicado en Revista ISEF Digital, en diciembre de 2007, Montevideo, Uruguay